El Menú Gastronómico del Alborada

Parece mentira, pero con la de veces que he visitado el Alborada en los últimos años, nunca - salvo en la IX Xantanza - había tomado el menú degustación. Ayer aprovechamos para matar tres pájaros de un tiro: corregir esta ausencia, comprobar qué tal le sienta la estrella al restaurante y conmemorar que soy un año menos joven. Y la estrella le sienta francamente bien, en mi opinión (de hecho, el restaurante estaba lleno): el Menú Gastronómico, a través de su docena bien larga de platos, es un fiel muestrario de las creaciones ya clásicas de Luis Veira y de algunas innovaciones muy reseñables.

Referente consolidado en la ciudad desde hace tiempo, una de las cosas que se le achaca al Alborada es un insuficiente ritmo en la incorporación de nuevas propuestas a su carta. Yo podría estar en parte de acuerdo con esta afirmación, pero el menú de ayer vino a poner de manifiesto - no sé si empujado por el nuevo status del local - que existe capacidad creativa de sobra para darle mayor dinamismo a la oferta. De hecho, la parte inicial de la cena fue una sucesión de sorpresas de un gran nivel.

Es sencillo establecer etapas claramente diferenciadas en el Menú Gastronómico de anoche: los snacks, los entrantes del mar, los intermedios del campo, los grandes clásicos como principales y los postres. Vamos a verlo.

Contaba hace no mucho la impresión que me causó el rol de los snacks en Ramón Freixa Madrid. Una salida en tromba a través de la cual la cocina marca rápidamente el territorio. Algo parecido pasó ayer. Hubo combinación de novedades y clásicos. Hubo fuegos de artificio, como el nitrógeno líquido que helaba el sorbete de naranja sanguina o las esferas de aceituna. Hubo presencia de fieles a la cita, como la filo-pizza y el siempre magnífico frito de cigala con ali-oli de soja. Y hubo excelentes novedades, bombas de sabor como los conos rellenos de foie o la excelente tosta de mantequilla casera trufada. Todavía estábamos en los snacks pero nuestra resistencia prácticamente se había desmoronado.

Los entrantes supusieron el punto álgido de la cena, en su doble condición de excelentes y nuevos para mí. Primero, el suave carpaccio de gambón y erizos con helado de lichis. Luego - la cumbre de la noche - la ostra a -20º y manzana: un helado de ostra que concentraba de manera absolutamente excepcional el sabor del bivalvo; tan excepcional que probablemente no debiera compartir el protagonismo con la ácida gelatina de manzana. Y excelente también una interpretación libre de pulpo á feira, presentado en carpaccio con queso de San Simón, chalotas y muy finas anillas de calamar. Fuera de menú, en sustitución de la ostra para un comensal, una notabilísima vieira con puré de patata.

Al campo entramos con otro clásico del lugar - las verduras asadas en su jugo, preparadas en papillot envueltas en plástico -, que da paso a dos notables juegos de texturas. Suculento y pleno de sabor el foie en ravioli de lechuga con jugo de cocido. Meloso, sabores de toda la vida, el guiso de guisantes "sin guisar", al dente las semillas acompañadas con bacalao y su gelatinoso pil-pil.

Llegan los principales, todos habituales de la casa. "La cigala que se comió al huevo con pan, patatas y trufa" es la nueva versión del plato por antonomasia del Alborada. Un trampantojo en que la cigala simula la clara del huevo; al cortar, la yema hecha a baja temperatura se derrama sobre el fondo de patata. El plato gana muchísimo en frescura y presentación, pero quizás no tanto en el paladar: la fina lámina de la cigala no llena la boca como lo hacía el tronco del formato anterior. El salmonete - cómo me gusta este pescado - sobre risotto y berberechos está impecable. Para cerrar los salados, el cochinillo prensado a 65º con su ensalada, tan suave de sabor que entra bien pese a lo que llevamos entre pecho y espalda.

Pasamos a los postres. Muy de moda está la fruta de la pasión: aquí se presenta con frutos del bosque y helado de vainilla, con un resultado intenso aunque ya visto. La bola dorada está hecha de chocolate blanco que envuelve una crema de albaricoque - creo recordar - y se apoya en virutas de coco. Y el conguito juega con diferentes presentaciones del chocolate. Aún habría espacio para los petit fours con el café, en los que destacaba una crema de toffee.

En fin, un nivelón desde mi humilde punto de vista: junto con A Estación, la pareja de estrellados que tenemos en la ciudad y alrededores está en una forma espléndida. Destacaría, además, el servicio, que aplicó un ritmo fantástico a un menú tan largo: lo despachamos en dos horas y media.

El precio del Menú Gastronómico es de 68 euros. Nosotros - cuatro personas - le añadimos una botella de Sameirás 1040, media de La Montesa y dos de agua. La casa nos invitó al vino dulce y a los cafés. En total, algo menos de 80 euros per capita.

[Restaurante Alborada / Paseo Marítimo Alcalde Fco Vázquez, 25 - 981.929201 / Ubicación]

Comentarios

  1. Curioso: lo mismo me pasa a mí, salvo el día de la Xantanza, nunca me he ido a por el Menú... y viendo tu post ¡no sé a qué espero!

    Un saludo,

    ResponderEliminar
  2. Creo que este viernes me pasaré por allí. Ya te comentaré mis impresiones. Por cierto, una duda, para sacar esas fotazas supongo que irás cargado con tu réflex, no? Cómo reacciona la gente? Usas flash? Es que tengo un problemilla con ese tema, vergüenza pura y dura que hace que mis fotos sean con el móvil de la manzanita, a más no me atrevo.

    ResponderEliminar
  3. Pues Feliz cumpleaños Manoel.
    No sabes la alegría que me da, el saber que no me he equivocado en cuanto al suceso de este restaurante, y además el empuje de la nueva generación de cocineros gallegos, que serán mañana los mejores embajadores de la nueva cocina gallega.
    Un saludo desde Ginebra.
    Alberto

    ResponderEliminar
  4. Que casualidad! Nosotros estuvimos esa misama noche celebrando mi cumpleaños.Tomamos menu gastronomico y coincidimos en la eleccion del vino.Para mi fue una experiencia impresionante y,junto con el de Pepe Vieira y el degustacion de setas de A Estacion, creo que es uno de los mejores menus que probe en mi vida.

    ResponderEliminar
  5. Con el Alborada, parece ser que "no hay fallo".

    En el caso de disponer de terraza, me pasaría horas con ese apartado de snacks regado con un buen vermouth rojo.

    ResponderEliminar
  6. María: efectivamente, ya es casualidad.

    Levounandar: normalmente mi mujer lleva una pequeña compacta, porque a mí me pasa lo mismo que a ti con la vergüenza. Pero en días como éste, en los que hay previsión de que algo grande puede pasar, llevo la réflex. No uso el flash, que es un cante. Así, pequeñitas, se ven bien; pero en realidad tienen bastante ruido, porque tengo que usar una ISO altísima al estar casi a oscuras.

    ResponderEliminar
  7. Ok, Manoel, empezaré por la compacta de mi mujer. Sacar mi Canon con su 18-200 en pleno Alborada... no me veo pero dame tiempo. Por cierto, reserva hecha para este viernes. Ya os contaré...

    ResponderEliminar
  8. ayer comí el menú degustación y por lo visto faltaban en el mío algunas cosas como por ejemplo los fritos de cigala o el vasito de crema de toffe en los postres. La ostra impresionante pero la presentación en copa de coctel muy floja y la gelatina excesivamente ácida. Para mi gusto toda la comida está muy salada. (Tanto esta como otra vez que fui). Me parece que en la misma categoria, es más elaborada y con un trato más ajustado a los productos CASA MARCELO. La sal estropea los platos, desvirtúa sus sabores y aromas.

    ResponderEliminar
  9. Hoy he estado comiendo en el Alborada.Me pareció que fuera de los menús degustación tenían menos variedad que otras veces pero igual estoy equivocada.De 5 entrantes había zamburiñas y vieira ,un tanto reiterativo , el jamón ibérico no lo cuento porque no tiene mucha gracia por su fácil disponibilidad .Así que pedimos las zamburiñas , con crma de patata ,muy buenas la verdad , la zambu está en muy buen momento y la tartaleta de foie que me dejó un poco chafada ,soy fan del hígado ,la presentación original ,el foie envuelto en láminas de manzana caramelizada pero lo de dentro estaba frio y fuera caliente por el caramelo ,igual es que es así pero no me gustó y la ración raquítica,compartíamos los entrantes mi amiga y yo y bueno , igual nos vino bien para la operación bikini.Luego pedimos salmonetes a la plancha con arroz caldoso de berberechos:DE-LI-CIO-SO...y abundante ,el 10 de la comida sin duda , de postre la tartaleta de manzana , siempre la pido , esta vez demasiada canela y demasiado azúcar ,voy a intentar hacerlo en casa ,creo que es fácil.Precio de dos entrantes ,dos de salmonetes , un postre y tres cervezas 89 euros.Admito que hubiese comido algo más de entrante ,creo que es mejor pedir el menú degustación next time.Braintraining

    ResponderEliminar
  10. El fin de semana pasado he estado cenando en el Alborada. Habíamos visto la página web y queríamos tomar el Menú Gastronómico. Ni en la web ni al reservar mesa me dijeron nada de las limitaciones del horario. Al llegar y ver la carta vemos que pone "Para el menú Gastronómico se recomienda llegar antes de las 22h para las cenas". Eran las 22:30, y como pone "se recomienda" preguntamos al camarero si lo podíamos tomar. Muy secamente nos dijo que era demasiado tarde. Nos decantamos por el Menú Clásico. Para empezar un salpicón, con un montón de salsa, lo cual ocultaba todo el sabor de lo productos. Luego los clásicos, cigalas y huevo con cigalas. El pescado, unos salmonetes sobre arroz caldoso bien. La carne, una paletilla de cordero nada del otro mundo, lo mismo que los postres, para los cuales no nos ofrecieron ningún vino de postre. Todo esto sin interesarse en ningún momento por lo que nos habían parecido los platos. Por todo eso más una botella de vino (de la escasa carta de vinos) más de 120€.

    En definitiva, un restaurante que tiene éxito por su localización, lugar acogedor y algo que gusta mucho en esta ciudad, el poder presumir de ir a un sitio con precios no asequibles para todos los bolsillos. Hay muchísimos sitios en la ciudad con una cocina mejor, pero claro, luego no puedes comentar con los amigos que has ido al Alborada y que te puedes permitir pagar esos precios. Es algo como el que se compra cosas de marca solo por el hecho de que se vea bien la marca y no porque sean ni mejores que otras más asequibles.

    La estrella Michelín se le viene muy grande.

    ResponderEliminar
Deixa o teu comentario...

Arquivo

Formulario de contacto

Enviar