Tweet: dos bocados

Muchos años llevaba sin dejarme caer por el Restaurante Carbonada. En parte por eso y en parte porque era una comida de trabajo, recurrimos a los clásicos del lugar. El calamar frito (no en aros: los tentáculos, en un punto estupendo); el gran clásico de la casa, los langostinos a la provenzal con arroz (demasiada salsa para mi gusto); y el otro gran clásico, la carbonada de ternera: finas y magras láminas para hacerse al gusto, vuelta y vuelta. Con dos postres, Casa de la Ermita (DO Jumilla) y cafés, 35 euros per capita, un precio muy conveniente. Me quedé con ganas de los crujientes de cigala con mahonesa suave y de algún corte más contundente de vacuno.

Pero no es por eso por lo que escribo. Escribo por dos bocados. Sólo por dos, por los dos primeros. Llegó como aperitivo ese lomito de caballa apenas atemperado, sobre una emulsión vegetal tan suave que apenas se dejaba notar. Suculento. Recordé entonces que había leído en Catalia la posibilidad de pactar un menú degustación, una posibilidad que no se recoge en la carta. He de investigar si esto efectivamente es así, porque en ese caso iré a probarlo. Esos dos bocados prometen muchísimo.

[Carbonada / Manuel Murguía 4-6 (A Coruña) / 981.271014 / Ubicación]

Comentarios

  1. Yo estuve la semana pasada, y me gustaría destacar un entrante para mí de los más originales, las colas de cigala crujientes, con una mahonesa de ajo, muy suave. Están envueltos en fideo frito, y la textura crujiente y nada aceitosa, resulta espectacular.

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