Una tarde noche en Betanzos

Ayer viernes nos acercamos al Liceo de Betanzos para asistir a la presentación del libro "50 recetas con moras y otros frutos silvestres", editado por Alvarellos y creado por Xesús y Ana, el primero a los fogones y a las letras, la segunda a la cámara. Me encantó la intervención de Xesús, reivindicando la presencia de las variedades locales en la gastronomía, así como el respeto por las estaciones y las temporadas. Tiene más razón que un santo: comemos melón en diciembre y grelos en agosto y nos quedamos tan anchos.

Al terminar la presentación degustamos un delicioso brownie de moras recién recogidas, intenso de sabor y muy esponjoso, lejos de esos mazacotes que abundan mucho más de lo deseable. Ya sabéis: si compráis el libro (cosa que recomiendo a los cocinillas), apurad a coger las últimas moras de la temporada. El día de San Miguel, el diablo orinará sobre las silveiras y ya no podremos disfrutarlas hasta el verano que viene.

Como eran poco más de las nueve, nos dirigimos a la zona vieja a tomar unos vinos. Nuestro primer destino fue la Adega Lastras, en la recoleta plaza junto a las iglesias de San Francisco y Santa María do Azougue. Tomábamos un vino en la barra cuando, vía twitter, nos recomendaban tomar unas zamburiñas. Dicho y hecho, nos aposentamos en una de las mesas del exterior y pedimos la ración (13,50 €). Llegaron diez zamburiñas de buen tamaño, preparadas al horno en su jugo, apenas con aceite, ajo y un poquito de limón. Excelente sabor, aunque yo les habría dado un punto menos de cocción.

A escasos metros, en una de las empinadas calles que baja desde la Plaza de la Constitución hasta el río, se sitúa la Casa do Queixo, al mismo tiempo tienda y lugar para la degustación. Me encantó que, al sentarnos junto al anaquel en el que descansan los vinos y preguntar cuáles tenían por copa, nos dijeron que eligiéramos nosotros mismos de entre las botellas que allí habitaban. "Cuando nos piden mencía, solemos abrir éste". Y como "éste" era Viña Regueiral, pues ni nos lo pensamos. Y pedimos un plato de quesos, claro. San Simón, ese santo de mi devoción... que en esta ocasión quedó eclipsado por el fantástico queso (D.O. Arzúa-Ulloa) que prepara la casa en Sobrado: mantecoso y suave, muy suave, suavísimo. Las dos copas de vino y el plato de quesos, ¡ocho euros!

El lugar para la copa vino también recomendado vía twitter. Del otro lado de la Plaza García Hermanos, el Gin & Café, apenas tres meses abierto, exhibe una poderosa colección de ginebras y una vocación por mostrarse agradables con el cliente muy de agradecer en estos tiempos en los que escasea. Al fondo del estrecho local, el pequeño santuario de licores, tónicas y frutas en las que se practica el rito de alumbrar el combinado, el buen combinado que allí preparan. En mi caso, Blackwood's con Fentiman's, un twist de limón y una rodaja de granny smith; para la Sra Foucellas, Bulldog con Schweppes y apenas un twist de limón (13,50 € las dos copas).

En Gin & Café no buscan convertir el gin tonic en una ensalada, en un artificio de colores y olores muchas veces excesivo: nada más que lo justo para realzar la combinación, que se lo curren la ginebra y la tónica. Buen sitio, para volver: si os pasáis por allí, aposentaos en las mesas que hay al final del bar, y disfrutad del concienzudo trabajo en la preparación de cada copa que se desarrolla en la vecina minibarra.

Para cerrar, os dejo un mapa con la ubicación de los tres locales reseñados.

Comentarios

  1. Efectivamente en GIN & CAFE mi amigo OSCAR prepara el mejor Gin Tonic de la comarca. Me alegro mucho por ellos, son muy amables y buena gente. Les irá bien. JMF

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  2. En el GIN & CAFE, efectivamente son muy amables y el sitio está bien, pero no me parece que sean los mejores gin tonics ni ellos los más expertos. Ni mucho menos.

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