Para los primeros platos, el Sefardí 515 ofrece varias posibilidades: ensaladas, cremas, sopas y entrantes tradicionales kosher. Entre estos últimos, hummus, falafel o crema de berenjena - habituales de restaurantes griegos y turcos -; también filikas, una especie de empanadillas de pasta filo. La Meze (pronunciado medsé) es un variado, al menos para dos personas, que incluye todo lo anterior, junto con fiambres diversos - ¡de vaca! -, entre ellos pastrami, y huevos haminados, cocidos durante ocho horas hasta que la clara parece mármol. Antes de que el plato con la Meze llega a la mesa, es servido un chupito de pepino y yogur; por aquello de los lácteos y la carne, hasta que no se termina el chupito no se sirve el resto.

Para los segundos hay pescados y pastas, pero los platos más representativos son los de carne. Sobre todo, la adafina, un cocido kosher pensado para tomar como cena. Precisamente por esto, la carne - en este caso de ternera - y los garbanzos cuecen durante doce horas, para que toda la grasa desaparezca; pese a la apariencia pesada en su cazuela de barro, la ternura de la carne lo hace fácil de comer. La tentación de Esaú, nuestra otra elección, es un guiso de lentejas con verduras y pequeñas albóndigas de carne muy especiadas.
Con el postre es posible repetir la maniobra de los entrantes y pedir un surtido: baklaba - pastel de frutos secos y miel -, haroset - el más ligero, con frutas - y fudge con chocolate. Se acompaña de un mosto con muy ligera graduación alcohólica.
Nos zampamos lo anterior acompañándolo con un vino kosher, cómo no. En concreto, un vino israelí: Yogev 2006, cabernet-sauvignon y merlot, bastante bueno - intenso - para mi gusto. Y pagamos por todo ello 71 euros.
En síntesis, merece la pena conocer la única opción kosher que existe hoy por hoy en Galicia y acercarse a una tradición que, como la sefardí, nunca ha desaparecido de la península. De hecho, el nombre del restaurante proviene de los 515 años que han pasado desde la expulsión de los judíos de España hasta la reciente formalización de la comunidad judía coruñesa.
Por cierto, desde que tenemos competencia blogastrónoma en Coruña, no hay quien dé una primicia. Ya el Sefardí pasó hace un mes por la Borralleira.
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