No se conoce como el fin de la tierra, pero Cabo Touriñán es el punto más occidental de España. Escarpado y agreste, se encuentra en la punta de una península que desciende desde la aldea del mismo nombre, con una panorámica estupenda. Al sur, desde el faro, se aprecia íntegro el litoral hasta la punta de Fisterra.
Estrechas carreteras bordean la costa camino de Muxía. Poco antes del arenal de Lourido, con su forma de concha, nos desviamos a la derecha para ascender al Miradouro do Facho. Desde lo alto abarcamos toda el tramo de costa que vamos a recorrer entre los dos cabos y admiramos en toda su extensión la ría de Camariñas.
Ya en Muxía, las leyendas en torno al Santuario da Virxe da Barca y sus piedras. Pero también las vistas sobre la ría y el perfil de Cabo Vilán al fondo. El breve camino hasta lo alto del Corpiño, que vigila la villa. Y, sobre todo, el mar.
Toca bordear la ría hasta su litoral norte, con breve parada en Moraime. Desde Camariñas, Cabo Vilán está a tiro de piedra: sobre su majestuosidad no voy a decir nada, sólo a mostrar algunas fotos.
Tras visitarlo, extendemos la excursión tomando el camino de tierra que parte del bosque de molinos de viento en dirección a Camelle. Podremos disfrutar nuevas perspectivas sobre el cabo, bordear un litoral espectacular, llegar al Cementerio de los Ingleses - erigido en memoria de las 170 víctimas del naufragio del Serpent a finales del XIX - y contemplar la magnífica ensenada do Trece, con dunas móviles que alcanzan alturas inverosímiles (fijaos hasta dónde trepa la arena de la parte superior derecha de la última foto). Un final al nivel de todo el recorrido, desde luego.



Para dormir: Casa Castiñeira. Hicimos noche en esta casa rural del concello de Muxía, muy cerca de Touriñán. Es una antigua casa de piedra totalmente restaurada con un amplio jardín. Correcta en cuanto a equipamiento, trato totalmente familiar y precios muy asequibles: 55 euros la habitación doble, incluido el copioso desayuno casero; 15 euros la cama supletoria para cada pantagrueliño, con desayuno y cena; 17 euros por cabeza la cena, casera, abundante y más que correcta (en nuestro caso: filloas rellenas de marisco, pollo de casa con patatas, leche frita, vino y café).
Para comer: Puerto Arnela en Camariñas. Se trata del comedor - rústico, de piedra - de un pequeño hotel situado en el puerto. Comida tradicional a muy buenos precios. Abundante ración de berberechos al vapor por cinco euros; media ración generosa de pulpo á feira por otros cinco; plato de caldeirada de merluza, rica, por ocho euros; postres caseros por 2,50; delicioso pan de trigo del país. Un buen lugar para hacer un alto camino de Cabo Vilán.
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