Por si tenéis que dormir en Florencia

Cuando estaba preparando el viaje a Toscana, los precios de los hoteles en Florencia como que me asustaban un poquito. Y tampoco es que tuvieran una pinta lujosa, que digamos. Al final, buceando aquí y allí, di con el Hotel Davanzati. Y allí que dormimos las tres noches florentinas.

El Davanzati no es un hotel lujoso, desde luego. Pero tiene dos puntos muy fuertes a favor. El primero, la ubicación; lo podéis ver en el mapa de abajo: a apenas unos pasos de las piazzas de la Signoria y de la Republica; sólo a algunos más del Duomo y del Ponte Vecchio. Inmejorable.

Y el segundo, que Fabrizio, Tomasso y demás familia se esmeran para que la estancia sea lo más agradable posible. En las habitaciones hay portátil con conexión a Internet e incluso un inhibidor de ruido por si hay juerga en la calle (no tuvimos que usarlo). En la recepción los propios hermanos están al quite para recomendarte un paseo o para reservarte la entrada a un museo o una buena mesa en un restaurante. A las 19:30, la pequeña sala del desayuno se convierte en un improvisado pub para la happy hour: se apagan las luces, se encienden las velas, suena una música discutible y, a la salud de la casa, un blanco espumoso y un tinto de la tierra acompañan al pan tostado con picante salsa de pomodoro receta de la familia. Las parejas que ocupábamos las habitaciones, de diversas edades y nacionalidades, bajábamos recién duchaditos y con nuestras mejores galas, descansados después de un día de turismo, para tomar un par de copichuelas antes de salir a cenar.

Por lo demás, las habitaciones (al menos la nuestra), son pequeñas pero correctas. El desayuno, mejorable. Y el precio, bastante razonable para lo que es Florencia: en febrero, nos salió a 112 euros (pagando en efectivo) por noche, parking aparte.

Debo decir, para ser justo, que la primera impresión casi nos metió miedo. Llegamos a eso de las tres de la mañana, después de conducir desde Roma. Al hotel se accede después de subir unas estrechas y empinadas escaleras, que dan a un ascensor con un escueto cartel: "Davanzati". El ascensor sube un piso y, por fin, se abre ante la recepción. Pero fue sólo una primera impresión.

Comentarios

  1. No sé si es la crisis o qué pero este blog cada vez es menos de gastronomía y más un diario personal, con lo que en mi humilde opinión pierde todo su interés.

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  2. Que radical Olga : el blog es de viajes también ( Livingstone).A mi lo que me cansa es Florencia , mucho da de sí el tema.Vale la gira Toscana pero de Firenze poco hay que decir.Ir a verla y cada uno saque una impresión.Yo tengo la mía.No es para tanto.Pantagruel cuentanos otra cosa

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  3. Diría que más que la crisis es una interesante combinación entre trabajo y dos hijos pequeños.
    De todos modos, anticipo que tengo reserva este viernes en el Pimentón en Coruña. A ver si os cuento algo interesante...

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