Tras casi cinco horas de retraso por el caos reinante en Barajas, el vuelo aterrizó en Gran Canaria pasada la medianoche de las islas. Al salir de la sala de recogida de equipajes, una multitud esperaba. Con seguridad, todos los familiares y amigos de los canarios que regresaban a casa estaban allí esperando, con una mezcla de ansiedad y agradecimiento por lo que pudo haber sido y no fue. En los pocos segundos que nos llevó alejarnos hacia la parada de los taxis, pude apreciar, repetida, intensísima, una misma escena.
En mi vida había visto unos abrazos como los que vi aquella noche.
¡Y cómo no!...
ResponderEliminarHay cosas que te hacen darte cuenta de lo que es realmente la vida...
Un saludo...