Restaurante David Abuín (A Coruña): interesante nueva propuesta

Apenas un mes después de cerras sus puertas la Casa de Comestibles de José María Jordán (qué pérdida para la ciudad), iniciaba su actividad en el mismo local David Abuín, quien anteriormente había trabajado en A Marola, el restaurante del hotel Zenit. Sólo unas semanas en funcionamiento, por tanto, esta nueva propuesta gastronómica. Creo no equivocarme si digo que con seguridad se consolidará.

Poco ha cambiado el espacio del restaurante. Una luz menos íntima, más fría (a mí me gusta menos); un color oscuro en la mitad inferior de la pared; una mesa más, en el centro, lo que eleva la capacidad del local hasta la veintena de comensales, reducida en cualquier caso. Curiosamente nos tocó la que era "nuestra mesa" en la etapa de Jordán; el grueso de la gente llegó cuando la cena estaba bien avanzada y no tuvimos ningún problema de ritmo: no sé si esa diminuta cocina dará para atender la sala llena sin demoras.

Cómo no, al ser nuestra primera visita, elegimos el menú gastronómico. De la mano del propio chef, configuramos el mismo sobre la base de las propuestas de la carta: por primera vez en mucho tiempo, era la carne la que predominaba sobre el pescado. Por eso elegimos un tinto frutal y fácil, Tres Picos Garnacha 2009 (D.O. Campo de Borja).

Tras el aperitivo - una crema de calabaza con albahaca - llegó una conseguida escalibada con ventresca de bonito, buena manera de empezar. Siguieron las mollejas confitadas con boletus y yema de huevo rellena de trufa de la primera foto del post. Muy bien las mollejas - gran textura - y el fondo; quizás una yema todavía líquida en su interior, que se derramase sobre la carne al partirla, le habría dado más interés al plato.

Luego le llegó el turno al pescado. Unos rapitos sobresalientes de punto bien acompañados por el arroz de berberechos y puntillas. Y para cerrar, manitas de cerdo deshuesadas y prensadas, con calabaza, un estupendo puré de castaña y brotes de rabanito. No soy muy amigo de la carne gelatinosa, pero la Sra Foucellas dio su visto bueno al plato.

El postre, menos notable, consistió en un bizcocho de nuez - demasiado compacto - con crema de whisky y un bien resuelto helado de caramelo. Cmpletó el apartado dulce una teja que tomamos con los cafés.

El menú gastronómico tiene un precio de 27 euros. Si le añadimos el vino, el agua y los cafés (la casa invitó a la segunda ronda), pagamos cuarenta euros por cabeza. Muy buena relación calidad-precio.

En fin, situaría a David Abuín en la línea de Artabria o del cerrado Agar-Agar. Una propuesta diferente y personal, bien ejecutada y con unos precios muy contenidos (ninguna de las propuestas de la carta supera los 16 euros). Si le añadimos un local pequeño, que permite atar en corto los gastos fijos en atribulados tiempos como estos, tiene todos los ingredientes para situarse como una buena referencia en la ciudad.

[David Abuín / San José, 2 - 981.922782 / Ubicación]

Comentarios

  1. Un abrazo para David Abuín y para toda su familia que ayer inesperadamente perdieron a su padre, el gran Abuín de Federico Tapia. Hoy es un día de luto para la hostelería coruñesa. David es un gran profesional y estoy seguro de que podrá consolidar tanto su nuevo proyecto como mantener la tradición del que inició su padre. Lo dicho, mis condolencias.

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  2. Es difícil hacer algún comentario que no sea solidarizarse con el pesar por el luctuoso suceso. En cualquier caso, en mi única experiencia hasta ahora en el local desde que lo regenta David Abuín, coincido en la frialdad de la luz y de la banda gris que creo que le restan un poco de la intimidad de su predecesor. En cuanto a lo fundamental, la comida, además de la estupenda escalibada nosotros disfrutamos de unas extraordinarias croquetas y un risotto de verduritas con carpaccio de langostinos difícilmente mejorables. Los postres son un capítulo en el que se habrá de trabajar algo más para redondear una oferta interesante y prometedora.

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  3. Nós pasamos onte a cear por este restaurante, en gran medida guiados pola boa crítica do Sr Manoel Foucellas. Coincidimos na maioría dos comentarios, tanto ao respecto da decoración un tanto sobria, como da calidade da comida.
    Optamos tamén polo menú gastronómico e gustounos especialmente unha menestra de verduras con vieira e o entrecot con mazá confitada.
    Para o postre eliximos un coulant de chocolate con xeado de iogur búlgaro. Estupendo!
    En canto ao servizo, moi agradable e rápido, a pesar que estaba a sala prácticamente chea.
    Sen dúbida unha opción moi interesante para unha comida tranquila, con un ambiente íntimo, e boa comida, por suposto.

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  4. Me parece un petit restaurant acogedor a la vez que in. Respecto a la cocina, exquisita. Respecto del cocinero, además, un campeón

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