El bizcocho del Periquillo
Yo no soy persona si no salgo desayunado de casa: mi zumo, mi leche con Nesquik, mis Corn Flakes y mis galletas Marbú Dorada (nueve, exactamente; de hecho, los fines de semana las sustituyo por Chiquilín: manías que tiene uno). Pero, si coincidiendo con tu horario de aseo y desayuno a tu bebé de tres meses le entra el hambre, pues ya se sabe... Así que hace un par de semanas, llegué a mi reunión de trabajo en Santiago sin desayunar y me dirigí de urgencia al Bar Periquillo [Avda. San Lázaro / ver en Tagzania], allí al ladito.
Pedí un cortado y, en pleno dilema entre croissant y donut, localicé un bizcocho con una pinta de lo más apetitoso. Cuando el camarero comenzó a cortarlo, aluciné con el tamaño: para poder meterlo en la taza del café, tuve que cortarlo en tres longitudinalmente y en dos por su grosor. En total, seis tiras de bizcocho para mojar. ¡Y qué bizcocho! Fresco, esponjoso, de sabor intenso. Fantástico. Y creo que por café y bizcocho pagué 1,70 €, aunque no lo recuerdo muy bien.
Si vais a desayunar bizcocho al Periquillo, no cometáis mi error: un cortado no tiene suficiente liquido, y el esponjoso manjar acaba devorándoselo. Como mínimo, con leche doble.
Error 503! Connection to the Blogger server has been interrupted.
El Periquillo!
Un mítico de la zona. Ahí tomamos alguna vez un pincho antes de subir a los conciertos del Monte do Gozo. Ahí, además, guardaban la llave de un almacén que tuve que frecuentar una buena temporada, así que pasaba con cierta frecuencia a recogerla y, de paso, a hacer una parada técnica de avituallamiento.
Comprobo, non sen certa estrañeza, que non é que sexa o único adulto que toma Neskuik pola mañán, senón que nen siquera son o único blogogastrónomo que o fai...
O Nesquik, ese segredo que case ninguén ousa desvelar...