Vigilando el estado de forma

Esta semana me ha tocado pasarme por O Bebedeiro y Alborada, dos de los restaurantes más destacados de A Coruña, sobradamente referidos en este blog. Aunque procuro ir variando todo lo que puedo cuando salgo a comer o a cenar, no está de más, de vez en cuando, revisar los viejos conocidos, sobre todo cuando - como en el caso de O Bebedeiro - ya ha pasado una buena temporada desde la última visita.

Sobre el Alborada, muy poco nuevo que decir: mantiene su estado de forma. Los fritos de cigala con mahonesa de soja siguen siendo la estrella de los primeros; en esta ocasión, los acompañamos con un plato de temporada: alcachofas con jamón. Para los principales recurrimos a preparaciones clásicas de carne: paletilla de cordero con patatas asadas y solomillo de buey a la brasa. Los postres, a la altura; en mi caso, crujiente de fideos con compota de pera y helado de galleta: sí, de resultado consonante con el nombre.

Hacía, efectivamente, mucho tiempo que no me pasaba por O Bebedeiro. Casi todo sigue en su sitio: el tradicional encanto del local, las mesas y taburetes de madera, la amabilidad del servicio, el inconfundible Albariño de la casa. También los clásicos de toda la vida para los entrantes, que no nos perdimos: el racatuli, los chipirones rellenos con arroz, el salmón relleno de cigalas con salsa rosa.

En los segundos sí aparecieron dos novedades. Por un lado, aunque siguen presentes las opciones de siempre - canelones de foie y champiñones, calabacín relleno de bacalao al ajoarriero -, cada vez pesan más en la carta platos más canónicos de carnes y pescados. Nos decantamos por una merluza del pincho con changurro, un lomo de bacalao con muselina de ajo y unas chuletitas de cordero al estilo tradicional. Esta variante hace que el precio medio se incremente sobre lo que venía siendo habitual, ya que dichos platos rondan los 15-16 euros, lo que llevará la factura al menos hasta los 30 euros por comensal.

Y, más sorprendente para mí, han desaparecido los sencillísimos platos marrones que acompañaban todas las preparaciones: eran casi santo y seña del local. Ahora, en su lugar, los principales se sirven sobre vistosas y coloridas vajillas. Todo cambia, incluso en O Bebedeiro.

Comentarios

Deixa o teu comentario...

Arquivo

Formulario de contacto

Enviar