Mirar Galicia (v) - Desembocadura del Miño

Galicia no es tierra de grandes ríos. Sí lo es de desembocaduras: de las maravillosas rías, las altas y las bajas, pero también de estuarios como el del Miño, que marca en su curso bajo - tranquilo y remolón - el límite (¿?) entre Galicia y Portugal.

Hay dos puntos desde los que se puede observar sin barreras este paraje, con amplias perspectivas a ambos lados de la raia. El primero de ellos, tierra adentro, es el Monte Aloia, en las inmediaciones de Tui. El Monte Aloia, con más de 600 metros de altura, es una zona natural protegida que presenta una rica variedad de flora y fauna. Pero, sobre todo, domina ambos márgenes del Miño, permitiendo su contemplación en un amplio trecho; en primer término, una vista de pájaro de la fronteriza Tui; al fondo, a nuestra derecha, la desembocadura en el Atlántico. Merece la pena llegar con tiempo y recorrer sin prisas los diferentes senderos del parque.

Después, tras el descenso, un paseo por la otrora señorial Tui, que aún es sede de obispado y fue capital de provincia hasta mediados del XIX. Conserva un interesante casco histórico. Si nos apetece comer o cenar en Tui, podemos optar por O Cabalo Furado.

A escasa media hora en coche se en encuentra A Guarda, en pleno encuentro del Miño y el océano. Y desde A Guarda se puede ascender al Monte de Santa Tegra. La vista desde su cima supera a la del Aloia: además de estar justo encima de la desembocadura, permite optar por ésta y por la inmensidad del Atlántico.

En el monte no sólo encontramos la vista, ni mucho menos. El Castro de Santa Tegra es un excelente elemento para conocer cómo era la vida en los poblados gallegos antes y durante la ocupación romana (se estima que fue construido en la epoca de Augusto); en sus inmediaciones encontramos el Museo Arqueológico del castro.

Tras el descenso, es posible comer en los diversos restaurantes que ofrecen buen pescado y mejor marisco en A Guarda, tras un paseo por la villa marinera. Pero también se puede coger el coche y, en 20 minutos, llegar a Baredo, en las inmediaciones de Baiona, para tomar un magnífico pescado al horno (sargo, lubina) en Os da Ponte. Si esta es la elección, el café y el paseo para bajar la comida son obligatorios en la propia Baiona, que ofrece un magnífico parador sobre el mar.

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