Monteriggioni: el pueblo toscano de Asterix y Obelix

Es que es más o menos lo que uno se imagina cuando por primera vez ve, a lo lejos, las murallas de Monteriggioni. Las batallas medievales entre Florencia y Siena; las tropas florentinas afrontando su último obstáculo, apenas a unos kilómetros de la ciudad sienesa: el minúsculo pueblo amurallado, con valientes guerreros alrededor de una marmita humeante. De hecho, nunca en trescientos años los florentinos fueron capaces de batir Monteriggioni, hasta que a mediados del siglo XVI oscuras maniobras pusieron la plaza en manos de los Medici.

Monteriggioni parece un pueblo de juguete: casi circular - no mucho más de 100 metros de diámetro -, rodeado íntegramente por su muralla con una docena larga de torres, dos puertas en extremos opuestos y apenas un puñado de casas en su interior. Permanece, además, casi intacto desde que se erigió en el siglo XIII. En una fría mañana de febrero, todavía temprano, nuestros pasos y algún pájaro lejano es lo único que se oye: un placer.


Viajar fuera de temporada también tiene algún inconveniente: el camino que recorre la parte alta de la muralla estaba cerrado al público; nos tuvimos que quedar, pues, sin panorama del borgo. Pero como es la imagen aérea la que mejor permite hacerse una idea de cómo es Monteriggioni, os dejo aquí una vista tomada del sitio oficial del Comune de Monteriggioni.

Foto: Bruno Bruchi @ http://www.comune.monteriggioni.si.it/index.php?module=My_eGallery&do=showpic&gid=1&pid=4&orderby=titleA

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