De nuevo en la Casa de Comestibles

Mi anterior visita a la Casa de Comestibles se había producido hace casi un año. La impresión que obtuve fue la de un lugar en la que se establece una relación muy directa entre el cocinero y el comensal, con una cocina marcadamente de producto y una técnica que busca realzar éste. Y todo en un pequeño escenario, una minicocina y una sala con capacidad para dieciséis personas, en el que faenan únicamente José María y Esther. En esta mi segunda experiencia, contactamos previamente para solicitar un "menú sorpresa", que siempre elabora José María a partir de lo que encuentre en el mercado - difícil tarea en este caso, recién sobrepasado el fin de año - y las indicaciones del comensal si las hay.

El aperitivo consistió - además de la mantequilla de pimentón - en un falso sushi hecho con pasta de trigo duro, uno de los bocados con anguila, aceituna y alcaparra; el segundo con presa de ibérico, queso de oveja rallado y unas notas de mostaza. Para entrar sin solución de continuidad en un gran primer plato: una muy hermosa vieira braseada en su justo punto, acompañada por unos berberechos al vapor y unos guisantes - ambos muy poco hechos, manifestando toda su textura y sabor - sobre un fondo de sorprendentes pero acertadas patatas fritas sobre crema especiada, con el toque picante de la cayena. (Por cierto, la cámara de la Sra Foucellas falleció al inicio de la velada, luego no hay fotos. Lo siento)

El segundo fue un clásico de José María, más de veinte años en su carta: un blanco lomo de lubina al vapor con aceite de remolacha y guarnición de verdura - creo recordar que ajetes y tirabeques - y patata. Notable en su sencillez magníficamente ejecutada. Seguimos en el mar: llega a la mesa en un recipiente tapado, humeante, el choco de potera - de nuevo hermosa pieza - con fideos en su tinta, que nos reconcilia nuevamente con los guisos, tan poco atendidos hoy. Y para cerrar, foie gras a la plancha con sésamo y compota de orejones, acompañado de espinacas, trigueros, granada y unas gotas de reducción de moscatel.

Con esta fase salada del menú tomamos un blanco de la que viene siendo en las últimas épocas mi segunda casa en lo que a vinos se refiere: Cataluña. En concreto, por recomendación de Esther, un multivarietal ecológico de la D.O. Alella con paso por madera y sólo 12,2º, Lanius 2007, que acompañó muy bien los diferentes platos.

Dos postres, una copita de moscatel y café pusieron fin a la velada. En primer lugar un cremoso helado de boletus preparado al instante en la Pacojet, con frutos secos y galleta de queso curado. Y luego, a modo de broche de la cena y de la época navideña, un delicioso trampantojo en forma de tacita cremosa de turrón con bizcocho de almendra y haba tonka.

Bueno, pues esta experiencia claramente refuerza mi grata sensación de la primera visita y me reafirma en la impresión con la que abría el post. Me queda el cuerpo con ganas de una visita por estación, para ver qué es lo que da de sí el mercado en manos de José María y su personal filosofía sobre la restauración.

El precio del menú descrito fue de 42 euros. Con el vino (25€), el moscatel y el agua (a los cafés invitó la casa), la cuenta quedó algo por debajo de los sesenta euros por persona.

[Casa de Comestibles / San José, 1 - 676.591120 / Ubicación]

Comentarios

  1. No me canso de ir a comer a este sitio. Sin mas.

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  2. ¡Yo tampoco me canso!
    Pena de alguna imagen; me voy a pasar un día de estos, a ver si cae ese foie o la anguila. Menos mal que leo esto después de haber comido :)

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  3. Pues a ver si yo le cojo el gusto, porque llevo dos visitas, y en ambas muchos altibajos: unos platos muy buenos y otros vulgares, un día la atención correcta y el otro francamente desagradable (indudablemente "ella" es un personaje en sí misma)... En fin, veremos si a la tercera va la vencida.
    Saludos.

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  4. Hola Manuel,
    Como suelo leer tu blog y aprovecharme de tus experiencias, voy a colaborar y te voy a recomendar un restaurante que he conocido hace poco: Mirai Restaurante en León.
    http://www.mirairestaurante.es

    Fantástico. Justifica una escapada a León desde Coruña. Y si además vas a Cocinandos ya el fin de semana gastronómico es total. Por cierto, en ambos, precios imbatibles.

    Un saludo. Manuel

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  5. Me encanta el Cocinandos en Leon, en Valladolid el Trigo , soy de Coruña , pero trabajo entre las tres ciudades, por su puesto la Casa de Comestibles tambien me encanta, buenas recomendaciones, no conozco el Mirai , la proxima semana ire a conocerlo. Gracias por la informacion. Laura

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  6. Gracias, Manuel y Laura por las informaciones. Tengo que empezar a planificar un fin de semana gastronómico en León.

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