Tres restaurantes

Tocan ahora unas notas sobre los restaurantes que visitamos en la semana toscana y que merece la pena recordar, por si a alguien le coincide pasar por allí. Además de la Trattoria Mario de Florencia, que ya tuvo su monográfico, me quedo con los tres que siguen.

Trattoria al Trebbio (Florencia) [ubicación]. Nos lo recomendó Fabrizio, el propietario del Hotel Davanzati, cuando le preguntamos dónde podíamos tomar una buena bistecca alla fiorentina. Y no se equivocó, desde luego: ¡vaya ejemplar de bistecca hecha al sangue que nos metimos entre pecho y espalda!. Previendo la que se nos venía encima, antes compartimos un carpaccio de salmón verdaderamente rico. Un Chianti Classico (Colle Bereto 2003) y postres poco memorables remataron la comida en este local típico, estrecho, con mesas más mesas arracimadas de las que sería razonable. Pagamos 97 euros los dos.


Trattoria La Grotta (Cortona) [ubicación]. Escondida en una callejuela sin salida que nace en plena Piazza della República, recibe su nombre - supongo - por los techos abovedados de ladrillo visto que cubren dos de sus comedores. Los crostini y las bruschettas, servidos en sendos surtidos, alternan la preparación simple a base de materia prima de la zona - un delicioso queso pecorino, por ejemplo - con combinados picantes a partir del omnipresente tomate; en ambos casos, con muy satisfactorio resultado. Y qué decir de los tagliolini al tartufo, pasta casera regada con trufa negra en plena época. De los postres, recuerdo el zuccotto toscano, una especia de mousse de crema con chocolate y almendras. Pagamos - dos entrantes, dos principales, dos postres y vino de la casa - unos sorprendentes cuarenta euros en total.

Osteria Le Logge (Siena) [ubicación]. Íbamos advertidos acerca de Le Logge, así que nos lo dejamos para la última noche, para culminar el último paseo por la vecina Piazza del Campo. Incluso un martes de febrero el local estaba a rebosar: como no habíamos reservado, no pudimos comer en el curioso comedor principal de la planta baja, junto a la cocina acristalada - la actividad de los cocineros a la vista de todos, en la calle -. La carta de la Osteria, redactada a mano, es espectacular y variada. Compartimos de primero unas anchoas frescas sobre patatas cocidas, con salsa de aceite, ajo y perejil y su crujiente. Para los principales, una pasta casera (bigoli), con salchicha fresca y berenjena; un solomillo a la plancha con salsa de cebolla y salvia. De la interminable carta de vinos, aceptamos la recomendación de un Castell'in Villa 2004, Chianti Classico efectivamente muy recomendable. Para los postres, unas cañas de mascarpone con helado de café y toffee de Baileys y un flan de chocolate con helado al Pepe Sechuan, acompañados por los vinos dulces que la carta recomienda para cada uno de ellos - magnífico el Mola Aleatico dell'Elba 2006 -. Estupenda cena por 60 euros por cabeza.

Y, como propina, para el amante de lo pintoresco, en la propia Siena, no mucho más lejos de la Piazza del Campo, el Buena Vista Social Club [ubicación], un garito de pretensiones cubanas y con mucho y buen blues, en el que tomé el combinado más picante - pero aún así rico - de mi vida.

Comentarios

  1. Moi interesante o post. Imaxino que ainda tardarei un rato (se algún día vou) en visitar Toscana, pero ainda que só sexa para ver as fotos da comida e dos restaurantes italianos xa é moi enriquecedor.

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